Arder

Arde.
Arde el deseo de cambio, arde el deseo de conexión. Arde.
A veces me queman los sentimientos por dentro.
No quiero vivir a la espera,
no quiero vivir atada al sistema. 
Arde.
Arde mi deseo en las noches más oscuras.
Arden mis ojos al verte.
Solo quiero que sepas que cuando tus pies caminen distinto,
aquí habrá tiempo y lugar para volver.
Querré saber si tu deseo ardió
Si sentiste distinto.
Si al confiar funcionó.
Arde.
El fuego no se extingue, siempre se aviva. 
Yo solo quiero explorar el deseo,
el cuidado.
Sentir que donde caben dos caben tres.
Cada mano es diferente.
Cada caricia es única.
Hogar, se siente la suma de todo lo que me genera calma,
en ello estás tú, en ello estoy yo - pero no sólo tú ni sólo yo. 
Arde. 
Arde el deseo de intimidad.
La vulnerabilidad me atrapa entre sus flores.
El sentirme humana parece algo que ya no es estanco.
Ahora siento el dinamismo de la vida corriendo a través de mi mente.
Y a pesar de que todo sea un fluir, una corriente...
Arde.
Arden mis ganas de tejer algo que no se rompa.
Algo que con el propio devenir de la vida, se modifique.
Y si no se puede modificar que su cambio no suponga una pérdida.
Que las despedidas estén llenas de compersión,  a pesar del dolor.
Arde.
Ardo.
Ardemos.
Somos de repente eso que crea, 
que quema,
que da calor 
- y por supuesto - cobijo.

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