Cajón de sastre de sentimientos no pedidos

La fragilidad con la que la gente hace y deshace me abruma.
La poca importancia que le dedican a la ternura y al cuidado.
La dicotomía de que haya vínculos de primera y de segunda.
El sentirse parte de algo cada vez más pequeño y asfixiante.
Supongo que ya fuimos 
y ahora solo quedan pedazos en la memoria de una historia que se cuenta a media voz y que en un futuro recordaré con cariño.
No hubo despedidas, no hubo. Incluso tras las múltiples conversaciones e intentos en vano de buscar cómo ser de nuevo.
¿Igual siempre permití esto? ¿igual aceptaba ser un plato frío que de vez en cuando decidías acoger?
Estoy cansada de encontrarme cambiando los tiempos de un verbo que en ese momento fue nuestro. 
Dudando de las etiquetas que dan nombre a aquello que sentíamos, aunque siempre tuve claro que no describían lo que sentía y eres...¿eras? para mí.
Vivir, es transitar experiencias estando presentes; pero a mí la incertidumbre siempre me ha generado añoranza de cosas que fueron y añoranza de aquellas que no serán.
Escribir, es un acto de cuidado. 
Ponerle orden y sentido a las palabras que se amontonan en mi mente y no saben como salir 
es amor propio.
Me reitero en mi mente que la dulzura no es debilidad.
Que enfrentarse a la vida con la quietud del que mira curioso intentando entenderla no tiene nada de malo.
y que por mucho que me hayan repetido hasta la saciedad que siento demasiado: nunca se siente de más. 
A veces asumo la perfección como un objetivo,
y me visto de adverbios y adjetivos que no me corresponden. 
Palabras que no me he designado yo.
Estoy cansada de tener que ser comparativos de "más" y "mejor".
Despojadme de esa cárcel de responsabilidades no pedidas.
de esa sensación de lucha continua
de esas expectativas no comunicadas ni consensuadas. 
Déjadme ser quién soy, lo que soy, sin que el adverbio de cantidad entre en escena.
Supongo,
que se me hace más sencillo percibirme humana cuando me muestro vulnerable y encuentro en frente a personas que deciden quedarse por ello; y no a pesar de ello.
Deshilar el nudo de la garganta que deja tu ausencia será cosa del tiempo,
y aunque duela, estoy bien.
Estás bien.
Ya fuimos; y eso es lo que recordaré.
Cómo fuimos hasta que ya no.
Cómo me cuidaron, me cuide y fui - cuando ya no fuimos. 

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